jueves, 21 de marzo de 2013

Las luchas campesinas


 


Movimientos campesinos en Argentina
La lucha del Mocafor
En Formosa, los campesinos e indígenas se vieron obligados a unirse en este movimiento para hacer frente al avance de los desmontes, la soja, la falta de agua y el desalojo forzoso de sus tierras.
Más de 150 campesinos tienen causas judiciales abiertas.
Foto: Archivo
Por Nuria Gonzalez Rouco | Desde Mar del Plata, Argentina
05|03|2009


Nuevamente, el conflicto agropecuario argentino está en todos los medios de comunicación. Sin embargo, hay vida más allá de la “Mesa de enlace”, que solamente nuclea a propietarios de grandes extensiones de tierra en las zonas más fértiles del país.

Aunque muchos políticos y dirigentes no lo quieran recordar, Argentina cuenta con más de 3.800 kilómetros de longitud, divididos en 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Significa que el país no termina en las tierras fértiles y altamente rentables de Santa fe o Entre Ríos, sino que, en el norte, la frontera internacional está ubicada en Chaco, Formosa, Salta, Jujuy y Misiones. Y allí también hay argentinos que intentan vivir de lo que produce la tierra y del agro sin un mínimo subsidio provincial ni mucho menos nacional.

Estas cinco provincias están entre las más pobres del país, con los niveles de analfabetismo y mortalidad infantil más altos de todas las provincias. Sin embargo, para el Gobierno nacional parecería que no existen, están fuera del mapa político que les toca gobernar.

Frente a la ausencia del Estado, los campesinos de Formosa (como así también los de Jujuy y Santiago del Estero, quienes se han unido conformando el Frente Nacional Campesino), hartos de la corrupción de los gobernantes formoseños y del avance del devastador modelo sojero sobre sus tierras, se unieron conformando el Movimiento Campesino de Formosa (Mocafor). (Ver. “El ‘otro’ campo en Argentina”. APM 20/06/2008)

“Nuestro movimiento empieza a tomar forma en la década del 90. Los primeros intentos de organización comienzan en julio del 95. Y el Mocafor se constituye ya plenamente el 28 de febrero de 1999”, explica Benigno López, líder del movimiento.

No obstante, las raíces de este movimiento, son las Ligas Agrarias, fuertemente arraigadas en el nordeste argentino. “Quienes fueron miembros de ese movimiento son parte del inicio del Mocafor y actualmente los sobrevivientes siguen estando. Tenemos una importante presencia de gente de origen guaraní y de descendientes de paraguayos. Podemos decir que el Mocafor está integrado por pequeños productores agropecuarios, con escasas hectáreas de tierra, por obreros rurales que son campesinos sin tierra, y por algunas comunidades de pueblos originarios”, agrega López.

El trabajo del Mocafor se centra en 3 cuestiones básicas. Primero, la reivindicación en el acceso a la tierra y la garantía de tenencia, que actualmente es precaria. También está la cuestión productiva, ya que afirman que el sistema económico fue exterminando el modelo productivo tradicional del campesino.

“Respecto de esto salimos a reivindicar la necesidad de contar con bancos de semillas, de combatir lo transgénico, que lo vemos como el invasor que nos desplaza, nos quita la tierra, envenena el medio ambiente, y que es producido por la concentración de la riqueza en muy pocas manos, en detrimento de lo que proponemos nosotros que es distribución de la tierra, de la producción, una producción sana y un consumo sano”, sostiene López. 

Y por último, pero no por esto menos importante, es la cuestión social. El sector campesino-indígena en todo el país, y en Formosa en particular, es víctima del actual sistema de salud, educación, vivienda. El mayor abandono en cuestiones de salud se da en el campo. 

“Un 90 por ciento de los campesinos viven en ranchos precarios, hacinados, con enfermedades que provienen de esa situación. En energía, además de la evidente exclusión, queda poca leña, que es el combustible del campesino. Además, los caminos son pésimos”, declara López. 

Entre estas cuestiones, está el tema del agua y el complicado acceso a la misma, fundamentales para la continuidad de la producción agropecuaria, ya que ellos se reconocen como productores medios o pequeños no por la cantidad de hectáreas, sino por los niveles de producción de esa tierra.

Como en muchas otras regiones argentinas, en el oeste de Formosa el agua no abunda por las pocas precipitaciones que se registran. Para peor, la poco agua que hay se ha visto perjudicada por malas decisiones políticas. 

Tal es el caso del Bañado La Estrella, en donde la reconstrucción de la ruta provincial Nº 28, ha generado un desequilibrio ambiental afectando la normal ocupación y producción zonal por falta de pasturas, y un gran empobrecimiento ambiental. (Ver. “Pobladores en contra de un modelo destructivo”. APM 06/09/2007)

Además, al no poseer grandes reservorios de agua, artificiales o naturales como puede ser un lago, el riego por parte del campesino se hace imposible. Por lo tanto, la sequía y sus graves consecuencias son inminentes. 

Otro tema que no puede dejarse de lado para los campesinos del Mocafor, son los desmontes que se vienen realizando sin ningún control desde la década del `90. 

La primer empresa en llegar a la región fue Liag S.A., una empresa australo-canadiense que se instaló en el centro-oeste de la provincia. Esta empresa utiliza el agua de los canales que supuestamente eran para las comunidades indígenas de la región.

Según el líder del Mocafor, Liag S.A. se adueñó de 50 mil hectáreas: “lo pudieron comprar a 1 dólar la hectárea, desplazando a familias de criollos y campesinos”, sentenció.

Se han iniciado grandes desmontes en todos los puntos de la provincia. “Eso es terrorismo contra la naturaleza. Topadoras, pisamontes y fuego. La eliminación de árboles y animales silvestres de todo tipo, no queda nada”, se lamenta López.

Por otra parte, Benigno López denunció: “Si siembran soja es para justificar, porque hay sembradíos de soja o algodón que no se han cosechado. ¿Eso es extraño no? Es probable que en algunos de estos campos existan pistas clandestinas de aterrizaje, por ejemplo. La concentración excesiva de la tierra está muy ligada a la actividad mafiosa regional”.

Junto con los desmontes y los negociados misteriosos, llegan los desalojos de las tierras, y es aquí donde entre en juego la presión del Mocafor.

“Existen dos opciones: irse desalojado por las autoridades, o resistir los desalojos sistemáticos, incluso buscando la tenencia definitiva de esas tierras. El gobierno ha entregado títulos gracias a la presión del Mocafor. Muchos pudieron efectivizar la tenencia y mejorar la producción, diversificarla, dar valor agregado a algunos productos”, afirma el líder del movimiento campesino.

Sin embargo, López explica que su objetivo final es la Soberanía Alimentaria, a través de la propiedad colectiva, planificación de la producción, auto abastecimiento, venta de excedentes, valor agregado. Pero reconoce que están en una “etapa de inicio, de transición, que tienen muchas deficiencias y que les falta mucho para llegar al objetivo”.

Si bien están lejos de alcanzar su máximo objetivo, están logrando pequeños pasos que los acercan a la propiedad colectiva, como ser la conformación y legalización de siete cooperativas para tener el título de propiedad de tierras a través de dicha herramienta legal. 

“Queremos profundizar las cooperativas, la propiedad colectiva de los implementos agrícolas y de las parcelas de tierra. También tenemos mucha experiencia en la compra en forma conjunta de insumos y en la venta en forma colectiva de los productos”, explica orgulloso López, quien ve en las formas de organización de los campesinos paraguayos un modelo a seguir. 

El Movimiento de Campesinos de Formosa no es solamente una unión de trabajadores rurales que pide mejoras laborales, sino que también debe lidiar con las presiones del gobierno provincial.

“Las autoridades de Formosa están ligadas a ideologías fascistas. Están consolidados en el poder, es una cosa como feudo-capitalista-neoliberal, y desde una cooperadora escolar hasta una comisión de una capilla que se elige democráticamente son vistos como amenaza política que no lo toleran, lo persiguen y destruyen si pueden, con todos los elementos a disposición: la policía provincial, la Gendarmería, los medios de comunicación”, denuncia López

Y como siempre, los sectores religiosos no están exentos de colaboración hacia el gobierno. “Las iglesias evangélicas que son apéndices del poder político, también hacen trabajos de inteligencia y fragmentación en las comunidades aborígenes particularmente”, resalta López.

Las resistencias a los desalojos por parte de los miembros del Mocafor, finalizan con muchos de ellos en prisión o con causas judiciales. La lentitud de la justicia, sumado a los aprietes del gobierno para que no se aceleren, hacen que las causas no tengan pronta solución.

La administración del gobernador Gildo Insfrán, aprovecha de las malas condiciones de vida de sus gobernados, y lejos de hacer algo al respecto, los utiliza para su propio beneficio, respondiendo al modelo sojero reinante en todo el país.

A todo lo explicado en esta nota, hay que sumar la falta total de democracia en las elecciones provinciales. En Formosa rige la ley de lemas, con lo cual se legaliza el fraude, “y si eso no alcanza se queman las computadoras con las que se hacen los conteos de los comicios”, manifestó Benigno López.

Es más, según varios testimonios, en las comunidades aborígenes encierran a la gente durante varios días, les quitan los documentos de identidad por meses alquilándolos a dos pesos por semana y llevan a las personas hasta la urna con la boleta en la mano.“Esa metodología la utiliza el gobierno con todos los pobres. Tratan de comprar los votos también con chapas, con mercadería, con colchones. Y eso lo avalan las autoridades que tienen que custodiar las elecciones, los gendarmes, que tienen la orden de no hacer nada,”cuenta López.

Una vez más parecería que el pueblo tiene que estar enfrentado a sus gobernantes para poder desarrollarse en sus actividades. Lejos de ayudar y tomar medidas políticas para sacar adelante a su provincia, Insfrán y sus colaboradores pisotean a los campesinos, porque “molestan” en sus negociados con empresas sojeras multinacionales.

Formosa es un ejemplo que demuestra que los gobernantes de turno no quieren -o por lo menos no es lo más importante en su mandato- erradicar la pobreza y el analfabetismo.
ngonzalezrouco@prensamercosur.com.ar



¿Qué esta pasando en el Perú?-Ricardo Natalichio, Director
 Qué está pasando en el Perú?

12/06/09 Por Ricardo Natalichio

Para hoy, seguramente todos ya se habrán enterado a través de diferentes medios de comunicación, de la violenta represión ordenada por el presidente del Perú.  Alan García Pérez sobre las comunidades amazónicas que se encontraban desde el 9 de abril realizando un paro por tiempo indefinido.

Como de costumbre, en este tipo de noticias, quienes se hayan quedado con lo mostrado por los medios masivos de comunicación, tendrán una versión absolutamente escueta, parcializada y poco profunda sobre las razones que llevaron a estas comunidades amazónicas a levantar sus voces de protesta, y cuales son las verdaderas razones del paro.

El Poder Ejecutivo en el marco de la implementación del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos firmó una serie de Decretos mediante los cuales se abre a industrias social y ambientalmente destructivas como la minería y la explotación petrolera, territorios que corresponden a los pueblos indígenas. Decretos que, por lo tanto, vulneran los derechos de estos pueblos, reconocidos en los tratados internacionales, por lo que estos decretos además son inconstitucionales.

Se habla de alrededor de 40 muertos, pero la cifra es imposible de corroborar ya que la policía no permite al periodismo ni a las ONGs acercarse a la zona del conflicto, por lo que posiblemente sean muchos mas.

El mismo sistema represivo se viene denunciando desde hace años en Colombia donde en el 2007, al menos 190 personas fueron víctimas de desaparición forzada a manos de fuerzas de seguridad y de los paramilitares. En su mayoría, pertenecientes a comunidades indígenas o campesinos.
Este golpe infame del gobierno de Alan García busca destruir la justa resistencia de los pueblos amazónicos contra la implementación del TLC, la venta de las tierras indígenas y la derogación de derechos inalienables de los pueblos de la Amazonía Peruana.

El tema de fondo es la intención de los países desarrollados de apoderarse y utilizar para su beneficio, los recursos naturales que se encuentran en nuestro continente. Los hermanos indígenas nos ofrecen hoy la posibilidad de abrir los ojos a lo que está sucediendo en mayor o menor medida en muchos de los países de nuestro continente.

Desde Ecoportal sentimos un profundo dolor por las víctimas de Bagua, y nos solidarizamos con la lucha de estas comunidades que solo pretenden resguardar sus territorios de lo peor de la industria del progreso. Parece fácil decir esto desde la comodidad de nuestra silla frente a la computadora, pero también sentimos que este es un espacio importante en el que se libra la batalla por la verdad. Un espacio necesario para dar a conocer las verdaderas razones que llevan a estos miserables seres a asesinar pueblos enteros, a destruir bosques, ríos, montañas y vidas solo por dinero. Nada más que dinero. www.ecoportal.net
Ricardo Natalichio
Director EcoPortal.net
Editorial Ambiente y Sociedad N° 391



Enfrentamiento entre dos mundos en la Amazonía peruana

19/06/09
Perú
El gobierno peruano eligió el simbólico día internacional del medio ambiente para lanzar una sangrienta represión contra los pueblos amazónicos. El motivo: la decidida oposición de las comunidades amazónicas al ingreso de industrias social y ambientalmente destructivas como la minería, la explotación petrolera, los monocultivos de árboles y los agrocombustibles a sus territorios.
Las comunidades amazónicas habían iniciado el 9 de abril lo que calificaron de “paro indefinido” en toda la Amazonia peruana (ver Boletín Nº 142 del WRM), como respuesta al incumplimiento del Congreso de la República de revisar una serie de decretos lesivos a los derechos de los pueblos indígenas. Se trataba de decretos emitidos por el Ejecutivo en el marco de la implementación del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos.
Al desencadenar la masacre en el Día del Medio Ambiente, el gobierno de Alan García mostró claramente al mundo el poco interés que le merece la conservación ambiental y el mucho aprecio que le tiene a las grandes corporaciones que pretenden explotar –y al mismo tiempo destruir- los recursos naturales del país. Más grave aún, declaró públicamente su desprecio por la vida de los pueblos indígenas que intentan defender lo poco que les va dejando el avance de un modelo de “desarrollo” que ya ha mostrado hasta el hartazgo su carácter social y ambientalmente destructivo.
A partir de esa sangrienta represión y del estado público que el hecho tomó a nivel internacional, la Amazonía peruana se convirtió en el símbolo de un enfrentamiento entre dos concepciones sobre el presente y futuro de la humanidad que se desarrolla en el escenario mundial.
Por un lado está el mundo del interés económico, que implica la destrucción social y ambiental, la imposición por la fuerza, la violación de derechos. Ese mundo no está por supuesto representado por el presidente peruano, que es apenas un asistente transitorio y descartable de las corporaciones, como lo muestra ahora el destino sufrido por el otrora todopoderoso presidente Fujimori. Sin embargo, el papel de tales asistentes es muy importante, puesto que son quienes le otorgan los necesarios visos de “legalidad” a un proceso a todas luces violatorio de los más elementales derechos de los pueblos.
En el otro extremo se encuentra el mundo de quienes aspiran a un futuro solidario y respetuoso de la naturaleza, simbolizado en este caso por los pueblos indígenas de la Amazonía, pero que está también presente en similares luchas en todo el mundo, enfrentadas a gobiernos igualmente al servicio del interés económico de las grandes empresas. Solo por nombrar algunos, tales son los casos de la lucha actual en los países del sudeste asiático por defender al río Mekong –del que se alimentan millones de personas- de su destrucción por gigantescas represas hidroeléctricas; la lucha de los pueblos de Africa contra la explotación petrolera y maderera; las luchas de los pueblos tribales de la India para la defensa de sus bosques contra la minería y así sucesivamente.
En este enfrentamiento, la hipocresía de quienes buscan imponer el modelo destructivo parece no tener límites. En el caso del Perú, el mismo presidente Alan García, que pretende abrir la Amazonía a la explotación, declaró hace poco más de un año que quería “impedir que esa riqueza básica que Dios nos ha dado se degrade por obra del hombre, por la incompetencia de quienes actúan sobre la tierra o quienes trabajan económicamente y para eso creamos este Ministerio del Ambiente”.
A escala global, el tema de la hipocresía gubernamental también resulta muy claro y más aún si se lo analiza desde la perspectiva climática. Los gobiernos han concordado, en un interminable proceso internacional iniciado en 1992, en que el cambio climático es la peor amenaza que enfrenta la humanidad. Han acordado también que las dos principales causas del cambio climático son las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas del uso de combustibles fósiles y de la deforestación. Finalmente, concuerdan en que es necesario hacer algo al respecto. Luego de firmar los acuerdos correspondientes y de volar de vuelta a sus países, dedican sus mayores esfuerzos a promover la explotación petrolera y/o la deforestación.
Sin necesitar la creación de ministerios del ambiente o de participar en procesos internacionales contra el cambio climático, los pueblos están llevando a cabo numerosas acciones para defender el ambiente y el clima de las amenazas que los acechan. En casi todos los casos, tales acciones son criminalizadas o reprimidas –tanto en el Sur como en el Norte- por quienes deberían estar impulsándolas y apoyándolas: los gobiernos.
En el ahora simbólico caso de Perú, los pueblos amazónicos –con el apoyo de miles de ciudadan@s de todo el mundo- han ganado una importante batalla en este enfrentamiento entre dos mundos. Por supuesto que nadie piensa que la lucha aquí termina, pero se trata de una victoria que aporta esperanza a muchos otros pueblos que luchan por objetivos similares, así como al mundo entero, ya que del resultado del enfrentamiento entre estos dos mundos depende el destino de la humanidad. www.ecoportal.net
Artículo publicado en la edición en español del Boletín del WRM, Nº 143, junio 2009.
Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales - http://www.wrm.org.uy










No hay comentarios:

Publicar un comentario